Durante los últimos años, he sido consciente de cual es uno de los principales problemas para que las personas no logren sus metas profesionales y personales. Es la incapacidad para generar unas conductas positivas repetitivas, que a su vez generen hábitos sostenibles en el largo plazo.
El cortoplacismo y la gestión por urgencias en el que estamos instalados en las empresas son dos obstáculos fundamentales. La búsqueda de la recompensa inmediata y dejarnos llevar por las presiones de otros compañeros, clientes o jefes, nos impiden construir y diseñar un futuro mejor. Y día tras día seguimos aumentando nuestra ineficiencia y nuestro estrés.
¿Cual es el camino del éxito?
1. Desafiar esta tendencia generalizada, y atreverse a desafiar el status quo. Si no nos enfrentamos con valentía, venciendo muchas presiones y exigencias de nuestro entorno hostil, será imposible que comencemos a abrir un halo de luz, por donde entre la claridad.
2. Debemos clarificar qué comportamientos y actitudes nos ayudan a alcanzar nuestros objetivos (en el caso de que los tengamos claro. En caso contrario debemos empezar desde cero a reflexionar sobre cuáles son nuestros objetivos y prioridades).
3. Definir acciones diarias, semanales y mensuales, que nos ayuden o acerquen en la consecución de dichas metas. Este tercer punto es clave, porque lo que solemos hacer es marcarnos una acción puntual, y pensamos que esa acción va a cambiar las cosas. Gran error.
Por el contrario, si te defines una acción para realizar todos los días, una pequeña y sencilla acción o tarea, y luego te marcas una acción o tarea para realizar una vez a la semana, y otra más una vez al mes, estarás poniendo los cimientos de un hábito positivo. Un hábito es cuando ya no tenemos que emplear un esfuerzo en hacer algo (un comportamiento, tarea o acción), nuestro cerebro lo ha automatizado de tal forma que lo hacemos y punto.
La clave del éxito es generar hábitos, y la clave para ello es repetir y repetir acciones o tareas, para que nuestro cerebro vaya interiorizando y aumentando nuestra autoconfianza al ver progresos y avances.
Si quieres lograr una meta, define una acción para realizar todos los días, una acción para realizar todas las semanas, y una acción para realizar todos los meses, siempre acciones conectadas con esa meta. Y por supuesto, haz todo lo posible por cumplirlas, y llevar un control, quizá con una tabla sencilla donde vayas marcando los días que lo has logrado y los días que no, para ir aprendiendo de los errores. Y no esperes el éxito en un mes, ni en dos. El éxito en cualquier disciplina requiere precisamente eso, disciplina, constancia y paciencia.
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Javier Carril
Socio Director