Las reuniones son un escape de miles de millones de euros en las empresas actuales. Una reunión que no sea productiva, frustra a la personas, disminuye la productividad y afecta negativamente a la cultura de la organización.
Además, en numerosas encuestas de directivos y mandos intermedios, los datos son espeluznantes. Al menos el 50% del tiempo del trabajo se pasa en reuniones, tanto de equipo como individuales. Y de éstas el 50% del tiempo son totalmente improductivas.
Esto significa que si un directivo trabaja cuarenta horas a la semana, la mitad son 20 horas en reuniones y de éstas, 10 horas son improductivas. Visto de otro modo, el 25% del tiempo de un directivo está tirado a la basura.
Ahora bien, si en una empresa mediana de cien trabajadores que tiene por ejemplo 1 director general y 7 directivos de primera línea en el organigrama (director de marketing, director financiero, director técnico, director de RRHH, director de ventas, director de proyectos y director de informática) y de cada uno de éstos cuelgan 3 mandos intermedios, en total serían 29 personas que a su vez tienen personal a cargo.
Pongamos por ejemplo un salario medio de 45.000€ en estas 29 personas que dan un resultado de 1.305.000€. El 25% de esta cantidad son más de 325.000€ que se están escapando entre los dedos de la organización debido a una mala política de gestión de reuniones.
El 25% de tiempo de un directivo se desperdicia en reuniones improductivas
Si una empresa de 100 trabajadores puede estar desperdiciando 325.000€ en tiempo de sus empleados, ¿Qué puede ocurrir con una multinacional?
Y la pregunta clave es, ¿Está midiendo la empresa esta cantidad de tiempo desperdiciado por no tener herramientas específicas para mejorar la productividad en las reuniones?
Y por otra parte ¿Dónde más se puede estar escapando el dinero en las empresas que no trabajan las competencias directivas con su personal clave?
El problema principal no es que las personas sean ineficaces en las reuniones. El problema es que las personas no utilizan herramientas específicas o no tienen desarrolladas habilidades para atacar estos problemas de productividad.
Además a todo esto se junta que dentro de un equipo de trabajo, existen diferentes personalidades, estilos de trabajo, culturas y estilos de pensamiento que hacen que aún más compleja la habilidad para aumentar esta productividad en las reuniones.
Muchas empresas se han dado cuenta desde hace tiempo de este lastre empresarial y están tomando medidas para optimizar las reuniones con técnicas concretas.
Si estás interesado en conocer estas técnicas, ponte en contacto con nosotros para más información.
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Ángel Martínez Marcos
Coach Ejecutivo & Socio Director
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