Muchas de las empresas que nos contratan nos expresan una misma necesidad: tener equipos motivados, que tengan una actitud proactiva y que deseen cumplir con sus objetivos.
La mayoría de las empresas suelen utilizar programas de incentivos comunes para todos sus trabajadores sin tener en cuenta que a todos no les mueve lo mismo. Es un error bastante común el creer que es el dinero es el único factor motivador y no lo es. El dinero es lo que Frederick Herzberg llamó un factor de mantenimiento, es decir, que si mi me están pagando mal sí me desmotivaré pero si me están pagando de forma adecuada, a largo tiempo no me va a seguir motivando. Igual ocurre con el buen clima laboral y las buenas condiciones de trabajo; son factores que si no están harán que me desmotive pero que si están no tienen la capacidad de mantenerme motivado.
¿Entonces qué es lo que realmente motiva a las personas en las empresas? Los factores motivadores. Con estos factores ocurre lo contrario que con los anteriores, si están, si tienen la capacidad de motivar, pero si no están no tienen la capacidad de desmotivar.
Los factores motivadores son los tres siguientes:
A. Motivación por Logro: aquellas personas que necesitan marcarse retos y desafíos en sus puestos de trabajo. Siempre están intentando con pasión conseguir lograr sus objetivos. Por tanto, estas personas necesitan que su puesto de trabajo dentro de la empresa no sea rutinario sino que le ofrezca la posibilidad de tener un aprendizaje continuo y un crecimiento profesional.
B. Motivación por Afiliación: a estas personas ya no les interesa tanto lograr metas, sino tener una buena red de contactos y tener la posibilidad de asistir a reuniones y a eventos en las que puedan relacionarse socialmente.
C. Motivación por Poder: estas personas se sentirán motivadas si desde el puesto de trabajo que ocupan pueden influir en otros o al menos pueden prepararse para en un futuro no muy lejano hacerlo.
En los equipos de trabajo vamos a encontrarnos con personas que van a pertenecer a cada una de estas tres divisiones. Si logramos dotar sus puestos de trabajo con características, funciones o conocimientos que los lleven a este tipo de motivación estaremos en la cumbre de llevarlos a que generen mejores resultados. La idea es conocer a los colaboradores y tratar de identificar que tipo de necesidad tienen, de logro, de afiliación o de poder, y luego ofrecerles las herramientas necesarias que les ayuden a cubrirlas. Con esto conseguiremos un equipo realmente motivado a largo tiempo, con una actitud proactiva y enfocado a conseguir objetivos.
Si estás interesado en conocer estas técnicas, ponte en contacto con nosotros para más información.
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Rosa Cañamero
Socia directora – Execoach