El síndrome del impostor es un fenómeno que afecta a personas de todos los sectores y niveles de experiencia. Se caracteriza por la creencia de que tus logros son inmerecidos, y que tarde o temprano serás «descubierto» como un fraude, independientemente de cuán competentes o exitosos seas. Sin embargo, hay una línea fina entre el síndrome del impostor y el reconocimiento legítimo de áreas en las que, objetivamente, necesitas mejorar.

El feedback externo es el indicador clave

Una de las maneras más claras de evaluar si realmente eres competente en tu trabajo o si necesitas mejorar es prestar atención al feedback que recibes. Las evaluaciones de desempeño, las conversaciones informales con compañeros, y el reconocimiento (o la falta de este) por parte de tus superiores, son indicadores esenciales.

Lee atentamente tus evaluaciones de rendimiento

Las evaluaciones de rendimiento no solo te ofrecen un espacio para recibir comentarios constructivos, sino que también son una fuente clave para saber si lo que percibes como inseguridad es realmente el síndrome del impostor o una carencia en tu desempeño. Presta atención a las afirmaciones objetivas sobre la calidad de tu trabajo, cómo manejas los proyectos y cómo te relacionas con los demás.

Un indicador importante es «leer entre líneas». Si las evaluaciones tienen un tono vago, o si tu jefe evita dar feedback directo, puede ser una señal de que no están cómodos evaluando negativamente tu desempeño de manera abierta. Por otro lado, si el feedback es detallado, ofrece tanto áreas de mejora como fortalezas y proporciona ejemplos específicos, es más probable que las preocupaciones que puedas tener sean resultado del síndrome del impostor, y no de un desempeño deficiente.

Evalúa las interacciones durante las reuniones

Otro indicador clave de tu desempeño es la forma en que te comportas en reuniones y cómo reaccionan tus colegas. Si tienes la sensación de que tus ideas no se valoran o de que tus aportes no se toman en cuenta, pregúntate si es realmente porque no estás aportando valor o si tu percepción está sesgada por una baja autoestima.

Observa el lenguaje corporal y las reacciones de los demás. ¿Sientes que evitan discutir tus propuestas o que son críticos de una manera que parece poco constructiva? Esto podría ser una señal de que necesitas mejorar tus habilidades de comunicación o de presentación. Por otro lado, si las reacciones suelen ser positivas y participativas, pero aún así te sientes inseguro, es posible que estés lidiando con el síndrome del impostor.

Usa indicadores objetivos: KPIs y logros tangibles

Uno de los métodos más efectivos para distinguir entre el síndrome del impostor y la incompetencia real es utilizar indicadores clave de desempeño (KPIs) y logros tangibles. Los KPIs te permiten medir tu éxito de manera objetiva, eliminando la subjetividad y ayudando a poner en perspectiva tus contribuciones al éxito de la organización.

1. Define tus KPIs de manera clara

Es crucial que, junto a tus supervisores, definas indicadores claros y alcanzables que te permitan medir tu éxito en tu puesto. Algunos ejemplos de KPIs comunes incluyen:
– Cumplimiento de plazos.
– Aumento de la productividad.
– Incremento de ventas o ingresos.
– Niveles de satisfacción del cliente o empleado.

Si alcanzas (o superas) estos indicadores de manera consistente, pero aun así te sientes incompetente, el problema probablemente esté en tu percepción y no en tu desempeño. El síndrome del impostor, en este caso, puede estar causando que te subestimes y que minimices tus logros.

2. Evalúa tus logros pasados

Otro enfoque útil es mirar atrás y hacer un inventario de tus logros pasados. ¿Qué proyectos has completado con éxito? ¿Qué metas has alcanzado? A veces, la acumulación de pequeños éxitos puede pasar desapercibida en el día a día. Al documentarlos y revisarlos, podrás obtener una visión más clara y objetiva de tus capacidades.

Si después de esta revisión observas que has logrado cumplir con las expectativas establecidas y has tenido un impacto positivo en la organización, probablemente sea el síndrome del impostor lo que está nublando tu percepción.

Señales claras de que podría ser el síndrome del impostor

El síndrome del impostor suele manifestarse en personas que, a pesar de ser competentes, sienten que no están a la altura. Algunas señales comunes incluyen:

1. Dificultad para aceptar elogios: Si a menudo te minimizas o te cuesta aceptar reconocimiento por tus logros, es probable que estés enfrentando este síndrome. Las personas con síndrome del impostor tienden a atribuir su éxito a la suerte o a factores externos, en lugar de reconocer su esfuerzo y habilidades.

2. Sentimiento constante de no ser suficiente: Si a pesar de obtener resultados consistentes y cumplir con tus metas te sientes constantemente como si no estuvieras dando lo suficiente, es una clara señal.

3. Perfeccionismo: El deseo de hacer todo a la perfección, combinado con la sensación de que cualquier error te desenmascarará como un «fraude», es otro síntoma típico. Esto puede llevar a procrastinación o ansiedad extrema en el trabajo.

 

Cuándo reconocer que necesitas mejorar

Por otro lado, es importante saber cuándo aceptar que necesitas mejorar. No siempre se trata de inseguridad, y el feedback negativo o la falta de resultados pueden ser una señal de que algo necesita cambiar en tu enfoque laboral. Aquí algunas señales de que podría ser el momento de trabajar en tus habilidades:

1. Falta de crecimiento en el rol: Si has estado en tu posición durante un tiempo y sientes que no has aprendido o mejorado significativamente, podría ser un indicativo de que no estás aprovechando las oportunidades de desarrollo. La falta de crecimiento puede ser tanto un síntoma de complacencia como de una falta de habilidades que necesitas desarrollar.

2. Feedback negativo constante: Si tu feedback es consistentemente negativo y apunta a áreas específicas que no has mejorado, puede ser una señal de que no estás prestando la atención suficiente a esas áreas. En lugar de caer en la trampa del síndrome del impostor, es importante tomar estos comentarios como una oportunidad para crecer.

3. Falta de impacto visible: Si después de un tiempo considerable en tu posición, sientes que tus contribuciones no han generado un impacto visible o que otros han asumido responsabilidades que solías tener, puede ser momento de hacer una autoevaluación.

Estrategias para superar el síndrome del impostor y mejorar en el trabajo

Tanto si descubres que estás lidiando con el síndrome del impostor como si identificas áreas claras de mejora, hay estrategias que puedes implementar para avanzar:

1. Reevaluar tus expectativas: Si el síndrome del impostor está afectando tu percepción, ajusta tus expectativas y reconoce que la perfección no es el estándar. Todos cometemos errores y, a menudo, aprendemos de ellos.

2. Formación continua: Si identificas áreas donde necesitas mejorar, busca formación adicional. La mejora constante es clave para cualquier profesional, y la educación continua te permitirá mantenerte competitivo y seguro en tu trabajo.

3. Busca un mentor o un coach: Tener a alguien con más experiencia puede ayudarte a obtener una perspectiva externa sobre tu desempeño. Los mentores te pueden proporcionar retroalimentación valiosa y ayudarte a construir confianza en ti mismo.

El síndrome del impostor y el reconocimiento de tus debilidades pueden parecer similares a primera vista, pero es esencial aprender a diferenciarlos. Presta atención al feedback objetivo, revisa tus logros y mide tu éxito con indicadores claros. Si logras identificar que lo que enfrentas es el síndrome del impostor, enfócate en aceptar tus logros y desarrollar una mayor confianza en tus capacidades. Y si descubres que necesitas mejorar en ciertos aspectos, hazlo con una mentalidad de crecimiento, sabiendo que todos podemos aprender y evolucionar.

Ponte en contacto con nosotros si te gustaría trabajar aspectos de autoconfianza de tu equipo.

 

 

Ángel Martínez Marcos
Coach Ejecutivo & Consultor de Transformación Cultural
www.amartinez.net
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