Espero que tu momento de desconexión esté cerca o lo estés viviendo aquí y ahora. Aprovecha el período de vacaciones para dejar en paréntesis tus obligaciones laborales. Si haces un recorrido de éxitos o dificultades superadas durante el año, seguro que te has ganado con creces un descanso o al menos una desconexión mental. Recuerda que para conseguir un buen rendimiento y liberarte del estrés, es necesario darte un buen respiro físico y mental. Las vacaciones te ayudan a mantener este tándem bien lubricado para que retomes tus proyectos con energía y actitud positiva.
Dependiendo de tu grado de exigencia y responsabilidad, necesitarás más o menos tiempo para la desconexión, tres días, una semana o quizá algo más, hasta que tomes conciencia de tu presente y saborees el momento, tu momento, sea cual sea la actividad o inactividad elegida.
Son muchas las personas que no saben cómo relajarse en vacaciones. Y es que no es tan fácil pasar del estrés cotidiano al relax y el ocio, ya que este cambio provoca desequilibrios hormonales y en el sistema nervioso, que pueden hacer enfermar al individuo durante su período vacacional.
María Jesús Monteagudo, psicóloga especialista en ocio y potencial humano e investigadora del Instituto de Estudios de Ocio de la Universidad de Deusto, afirma que lo que enferma a algunas personas no son las vacaciones, sino el impacto súbito que supone pasar de la tensión laboral, familiar y social mantenida durante el resto del año, a disponer de tiempo libre. Bajo su opinión, comenta que llegamos a normalizar un nivel de estrés muy elevado porque es el ritmo al que nos habituamos durante muchos meses al año. Si ese ritmo frena de golpe, el organismo lo percibe como un cambio radical, y mientras se habitúa al nuevo estado, pueden aparecer jaquecas, insomnio, angustia, irritabilidad, etc. Además, el cambio se hace aún más duro porque las semanas previas a las vacaciones concentran mucha actividad para cerrar asuntos laborales, hacer preparativos y resolver cuestiones domésticas o familiares pendientes. Por eso, no es de extrañar que haya personas que prefieran seguir trabajando antes que hacer frente a las tareas pre-vacacionales.
Cómo relajarse en vacaciones
Es una misión posible y seguro que lo has experimentado otras tantas veces. Vive cada instante como si fuera el último y permanece en el momento presente cada vez que tomes conciencia del mismo. Prueba también a seguir estos tips para ayudarte a mantener tu atención plena:
Modera el uso de la tecnología. Sobre todo, de aquellos dispositivos que te mantengan en línea directa con el trabajo. Recuerda que estás en tu período de descanso, tus jefes, partners y colaboradores saben que temporalmente no estás disponible. Ellos lo respetan, ¿y tú? ¿respetas tu propio margen de ocio?
Aprovecha para dormir. Si estás acostumbrado a madrugar, probablemente te despiertes a tu hora rutinaria. Si te cuesta cambiar este hábito, prueba a acostarte más temprano, dormir siestas o permanecer un rato más en la cama por la mañana.
Flexibiliza los horarios para despertarte, comer, salir… ¡relájate! no hay prisa, recuerda que estás desestresándote, la presión horaria interfiere en tu descanso.
Prueba a hacer nada. Este es un reto con el que no muchas personas se atreven porque está considerado una pérdida de tiempo. Experimentarlo puede que te estrese aún más o quizás te ayude a cambiar esta creencia. Una situación u otra dependerá de tu atención. Si te entregas al pensamiento inconsciente conectas automáticamente con tus juicios y creencias, mientras que, si te posicionas como observador, pones atención y aprovechas tus recursos sensoriales para para percibir cualquier detalle, puede que te resulte tan grato que el efecto te sorprenda.
Reduce el listón de expectativas. Cuando preparamos las vacaciones lo hacemos con la intención de aprovecharlas a tope, llenando todos los huecos del día para que cumplan su cometido (diversión de sol a sol, excursiones intensas, convivencia continua con familiares o amigos…). Poner un listón demasiado alto y empeñarse en que se cumpla la agenda de actividades al milímetro, obstaculiza la finalidad sana de las vacaciones: relajarse. Especialmente cuando esas actividades no apetecen lo más mínimo.
Si deseas retomar el trabajo con energía y distensión, ya sabes, aprovecha el regalo de las vacaciones para disfrutarlas como verdaderamente quieres, sobre todo porque te lo mereces y porque tú lo vales.
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Carmen Celemín
Coach Ejecutiva & Coordinadora de Proyectos
Instagram@carmencelemincoach