«Empezar la casa por el tejado» es una expresión popular que se refiere a comenzar una tarea por el final en lugar de seguir un orden lógico y efectivo. En el mundo empresarial, esta expresión se puede aplicar a la formación de los empleados, especialmente cuando se trata de la formación en habilidades blandas.

En muchos casos, las empresas comienzan la casa por el tejado, proporcionando formación en soft skills solo a los mandos intermedios y olvidando a los directivos, que son los líderes y tomadores de decisiones de la empresa. Esta estrategia puede tener consecuencias negativas para la empresa a largo plazo, ya que los directivos son los responsables de establecer la cultura y la visión de la organización.

Formar únicamente a los mandos intermedios en habilidades blandas o soft-skills y no a los directivos puede tener diversas consecuencias negativas en la empresa. Por ejemplo, si los directivos carecen de habilidades sociales y emocionales, pueden tener dificultades para liderar y motivar a sus equipos, lo que puede afectar la productividad y el cumplimiento de los objetivos empresariales.

Además, si solo algunos miembros de la empresa son formados en soft-skills, se puede generar desigualdad y falta de coherencia en la gestión y el trato de los empleados, lo que puede perjudicar el ambiente laboral y la relación con los clientes.

Por otra parte, si los directivos no son formados en estas habilidades, es posible que mantengan patrones de conducta tóxicos, como el autoritarismo, la falta de empatía y la falta de escucha activa, lo que puede generar un ambiente laboral poco saludable y perjudicar la retención de talentos en la empresa.

Si los directivos carecen de formación en habilidades creará falta de coherencia en la organización

Las habilidades son esenciales para la adaptabilidad de la empresa ante cambios y crisis, y si solo los mandos intermedios son formados en ellas, la empresa puede tener dificultades para enfrentar situaciones imprevistas y mantenerse competitiva en el mercado.

El desarrollo de estas habilidades ha demostrado tener un impacto significativo en la productividad y el bienestar laboral de los empleados, así como en la retención del talento en la empresa.

Por ejemplo, según un estudio realizado por la Universidad de Warwick, los empleados felices y motivados son un 12% más productivos que aquellos que no lo están. La formación en habilidades blandas puede ayudar a mejorar el bienestar laboral y la motivación de los empleados, lo que a su vez puede tener un impacto positivo en la productividad y el desempeño de la empresa.

Además, las empresas que invierten en programas de desarrollo de liderazgo pueden obtener un retorno de inversión hasta seis veces mayor que el costo de la formación, según un estudio de la consultora McKinsey & Company.

Los empleados felices y motivados son un 12% más productivos

Un ejemplo de una empresa que ha obtenido beneficios significativos de la formación en habilidades blandas es Adobe, que implementó un programa de formación para sus empleados de todo el mundo con el objetivo de mejorar la comunicación, la gestión de conflictos y el liderazgo. Como resultado, los empleados reportaron un aumento en la satisfacción laboral y la retención de talentos en la empresa.

Por otra parte, Google implementó un programa de formación en soft-skills llamado «Search Inside Yourself», el cual ha sido descrito como uno de los cursos más populares y efectivos que ofrece la compañía. El programa ha ayudado a los empleados a mejorar la inteligencia emocional, la toma de decisiones y la capacidad de trabajo en equipo, entre otras habilidades.

 

 

Ángel Martínez Marcos
Coach Ejecutivo & Consultor de Transformación Cultural
www.amartinez.net
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