Un entrenador, al igual que un directivo debe crear el espacio para que la gente exprese todas sus cualidades y despliegue su mejor versión, más que en tratar de potenciarlos directamente. Es un concepto diferente. De hecho es un liderazgo mucho más sutil y más elegante.
Mucho se ha hablado de cómo tiene que motivar un jefe de equipo en una empresa y Vicente del Bosque ha desarrollado justo esa clave, es decir, su estilo motivador no es el de dar grandes charlas “para motivar”, sino el de generar en sus jugadores la confianza necesaria con un estilo honesto y claro. Esto crea la automotivación tan buscada en todos los equipos de trabajo y en el mundo del deporte.
Hay una frase que escuché hace tiempo que siempre repito en mis cursos de Liderazgo, “No se puede ser mejor líder que persona”. Creo que esa es la filosofía que acompaña al seleccionador de la roja cada día.
¿Cuál es la imagen que transmite nuestro querido Del Bosque?
Sin duda, es la de alguien con unos valores sólidos, de una persona en la que puedes confiar desde el primer minuto que la conoces. La confianza es la base en la que se apoya el liderazgo. Sin ella, no es posible generar equipos cohesionados. Por muchos libros de liderazgo que leas de grandes gurús, por muchos cursos y conferencias a las que asistas, si el nivel de confianza que tiene tu equipo hacia ti es bajo, tu liderazgo será inexistente. Y voy a repetir que, es la confianza que percibe tu equipo en ti, y no la confianza que tengas tu en ellos.
¿Esto se puede desarrollar?
Por supuesto. En la vida hay personas que por su forma de ser, educación, o las amistades que han tenido o que tienen, han desarrollado ese concepto de confianza en los demás automáticamente. Sin embargo, muchos directivos y mandos intermedios creen que su equipo confía en ellos plenamente. Y cuál es la sorpresa cuando reciben un informe de un coach externo o de un Feedback 360º y ven que la distorsionada realidad que perciben, choca como un camión contra un muro.
Conocerse, desarrollarse a nivel personal y profesional es un «must» para toda persona que dirija equipos y que debe tener en mente en todo momento.
[blockquote]No se puede ser mejor líder que persona[/blockquote]
Choque entre líderes
Vicente del Bosque además, tiene un control del ego absoluto. Si tuviéramos que pensar en alguien que domina su ego con una buena autoestima, pensaríamos en nuestro querido seleccionador nacional. Y es que el Salmantino, sabe perfectamente gestionar los egos de todas las estrellas que maneja, dejando espacio al protagonismo de cada uno de ellos. En un equipo de trabajo, tenemos que tener en cuenta que, internamente, tenemos líderes que necesitan su espacio para expandirse, para demostrar su liderazgo activo, a través de la implicación en la toma de decisiones. Este punto es el que más cuesta manejar, cuando el responsable de un departamento tiene un ego desbordado. La humildad junto a una buena autoestima, es el cocktail perfecto para potenciar a los equipos de estrellas, sin que ellos te quiten el terreno ni las funciones que desempeñas, porque recuerda que, el verdadero líder es el que se preocupa por que su equipo sea mejor que él.
[blockquote]El verdadero líder se ocupa de crear líderes[/blockquote]
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