Jack Kornfield en su libro Camino con corazón, afirma que «el ahorro de tiempo está incluso empezando a reemplazar al sexo como modo de vender productos en televisión».
Es evidente que de cómo gestionemos nuestro tiempo depende nuestro éxito, tanto en el plano profesional como personal, pero ¿el hacer las tareas en menos tiempo es realmente lo único que nos puede ayudar a gestionarlo mejor? La respuesta claramente es NO.
Uno de los principales obstáculos con el que nos encontramos a la hora de gestionar nuestro tiempo es no tener claro cuales son nuestros objetivos. No tener claro el para qué hacemos lo que hacemos. Y así dificilmente vamos a poder marcarnos un rumbo claro que seguir.
Realmente habremos aprendido a gestionar mejor nuestro tiempo cuando, al final del día, o de nuestra jornada laboral, constatemos de forma evidente que estamos un poco más cerca de alcanzar nuestros objetivos, aunque haya tareas que se quedaron por el camino sin hacer. Pero ¿cómo conseguir esto?
Una vez que tengamos claro cuales son nuestros objetivos, tenemos qué desarrollar la habilidad de seleccionar cuáles son las tareas que contribuyen a alcanzarlos y cuáles no. Desarrollar esta habilidad no es algo que se consiga de forma inmediata, de la noche a la mañana, requiere mucha toma de conciencia y mucha práctica.
El siguiente paso, llevar a la acción las tareas programadas sobre el papel, es sin duda lo más complicado, porque requiere por nuestra parte la voluntad necesaria para hacer las tareas que hemos dedidido hacer y la asertividad necesariapara decir No a las que no contribuyen a alcanzar nuestros objetivos marcados, directa o indirectamente.
Nietzsche decía que hay dos tipos de personas, las víctimas y los superhombres. Las primeras son aquellas que se dejan llevar y están a disposición de los demás, no reconociendo del todo su vida porque no son ellos los que la lideran si no los otros. Las segundas, son aquellas que son los protagonistas, directores y guionistas de su vida. ¿Te has preguntado alguna vez tú a qué grupo perteneces?
El pertenecer a un grupo o a otro está relacionado con como manejas los Sí y los No en tu vida.
Las victimas son aquellas que dicen Sí cuando quieren decir No y dicen No cuando quieren decir Sí. Los superhombres son los que se pronuncian en consecuencia son sus sentimientos.
Decir Sí supone que asumimos un compromiso. Ponemos en juego el respeto de nuestra palabra. Decir No está relacionado con el respeto que nos tenemos a nosotros mismos y el que nos tendrán los demás. A veces somos incapaces de decir no porque necesitamos sentirnos apreciados o que los demás nos necesitan.Puede que sea muy gratificante ayudar a los demás pero si se desequilibra mucho la balanza puede hacer sentirnos muy mal. Por eso antes de echarle la culpa a los que te rodean tendremos que preguntarnos si somos nosotros los que estamos provocando el desequilibrio. Al final sin duda, nuestra incapacidad para decir “NO” nos perjudicará más que nos beneficiará.
Te invito a que reflexiones a cerca de los hechos para los que has utilizado estas declaraciones, en los últimos meses.
Si al tomar conciencia de esto te das cuenta de que parte del cuadro de tu vida no lo estás pintando tú –carrera profesional, vida personal- puede que sientas tristeza, pero lo bueno es que da igual porque tu cuadro de aquí a 10 años está en blanco o con pequeños trazos, pero ni mucho menos está pintado, por lo que puedes seguir trabajando en él para poder reconocerlo al final.
El plantearte diariamente la pregunta ¿Qué es lo importante para mí hoy que me lleve a alcanzar el futuro que quiero? Te ayudará a planificarte y te dará la clave para gestionar bien tu tiempo, liderando así tu vida.
Si estás interesado en conocer estas técnicas, ponte en contacto con nosotros para más información.
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