Jeff Bezos, uno de los empresarios más influyentes y exitosos de nuestra era, tiene una rutina matinal que ha revelado en varias entrevistas y que considera clave para su éxito. Según Bezos, reservar la primera hora del día para pensar con calma y claridad, lejos de distracciones y con un enfoque en la reflexión, no solo mejora la productividad diaria sino que ayuda a tomar decisiones más acertadas. Este hábito de dedicar tiempo a la introspección matutina y evitar el teléfono móvil hasta las 10 de la mañana es una práctica cada vez más reconocida entre líderes empresariales y respaldada por diversas investigaciones científicas.

 

Una mañana sin distracciones es la clave para la productividad

 

Bezos sigue una regla que puede parecer inusual en el entorno laboral actual: no tiene reuniones antes de las 10 de la mañana y evita completamente el uso del móvil en ese tiempo. Este enfoque le permite comenzar el día con «mañanas lentas» en las que su nivel de energía permanece alto y su capacidad para tomar decisiones mejora significativamente. Para él, el primer tramo de la mañana es un momento sagrado de reflexión, libre de distracciones tecnológicas, y este enfoque le ha permitido planificar a largo plazo, centrándose en decisiones estratégicas en lugar de dejarse llevar por impulsos.

 

Cada departamento debería crear un plan de acción para minimizar poco a poco las interrupciones de primera hora

 

Los beneficios de dedicar la primera hora del día a la reflexión están respaldados por estudios psicológicos y neurológicos que demuestran cómo el uso excesivo de pantallas, especialmente a primeras horas, afecta negativamente la memoria, el aprendizaje y la salud mental. Por ejemplo, investigaciones de la Universidad de California sugieren que las distracciones tempranas, como las notificaciones de redes sociales o emails, pueden hacer que el cerebro se vuelva más reactivo y menos eficiente para tareas que requieren concentración y creatividad.

Además, el Dr. Cal Newport, autor del libro Céntrate (Deep Work), argumenta que la capacidad para trabajar de forma profunda y sin interrupciones es fundamental en un entorno de trabajo cada vez más dependiente de la tecnología. Según Newport, la primera hora del día es especialmente valiosa porque es cuando la mente está más fresca y receptiva para tareas complejas que requieren concentración y creatividad. Saltar directamente a tareas rutinarias o revisar el móvil en las primeras horas puede reducir esta capacidad y aumentar los niveles de estrés.

 

Beneficios Tangibles de Empezar el Día con Reflexión

La investigación muestra que la práctica de tomar la primera hora del día para pensar sin distracciones no solo reduce el estrés, sino que también incrementa la concentración, potencia la creatividad y mejora la capacidad de resolver problemas. De hecho, un estudio realizado por la American Psychological Association (APA), «Stress in America 2020: A National Mental Health Crisis», encontró que aquellos que dedicaban un tiempo específico al comienzo del día a organizar su jornada y reflexionar sobre sus objetivos mostraban una disminución en los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y un aumento en su satisfacción laboral. Este enfoque es especialmente relevante en el contexto del trabajo remoto, donde el exceso de notificaciones y la falta de estructura pueden dificultar la concentración y generar agotamiento mental.

 

Después de cada interrupción, el cerebro puede tardar hasta 23 minutos en volver a alcanzar su estado de máxima concentración

 

Cómo Aplicar la Estrategia de «Mañanas Lentas» en el Día a Día

Para quienes buscan mejorar su productividad y reducir el estrés, aplicar la estrategia de «mañanas lentas» de Bezos puede marcar una diferencia significativa. Aquí hay algunos pasos prácticos para integrar esta rutina en tu día a día:

  1. Reservar la primera hora del día para pensar: Dedica al menos 30 minutos a reflexionar sobre los objetivos estratégicos, evitar decisiones impulsivas y planificar las tareas del día.
  2. Evitar el uso del móvil o pantallas electrónicas: Al eliminar las distracciones tecnológicas en la primera hora del día, tu mente se mantendrá enfocada y menos reactiva.
  3. Establecer prioridades antes de comenzar el trabajo diario: Identifica las tareas estratégicas o importantes, y dedica este tiempo inicial a visualizarlas y establecer objetivos.
  4. Incorporar ejercicios de meditación o mindfulness: Estos ejercicios ayudan a despejar la mente y a mejorar la capacidad de enfoque y toma de decisiones.

La reflexión matutina puede no solo ayudarte a rendir mejor en el trabajo, sino también a mejorar tu bienestar mental y emocional. Esto puede ir en contra de la tendencia natural de la sociedad actual de valorar la velocidad y la conexión constante, sin embargo, la pausa consciente se ha convertido en una herramienta poderosa para aquellos que buscan liderar con claridad y propósito.

 

El trabajo profundo es aquel en el que se logra la máximo concentración y productividad

 

Según Cal Newport, el trabajo profundo es clave para alcanzar un rendimiento excepcional en la vida profesional, especialmente en la economía actual, donde la atención es un recurso cada vez más escaso. Newport define el trabajo profundo como aquel en el que se alcanza el máximo nivel de concentración y en el que se produce un flujo creativo sostenido, libre de interrupciones o distracciones. En contraste, el “trabajo superficial”, como él lo llama, se refiere a las tareas de bajo valor que pueden ser realizadas con niveles de atención mínima y que, en muchos casos, agotan nuestros recursos mentales sin aportar beneficios significativos a largo plazo.

Según Newport, la habilidad para trabajar de manera profunda es una ventaja competitiva crucial en un entorno laboral lleno de distracciones digitales, ya que permite adquirir habilidades complejas, generar ideas creativas y completar proyectos de alto impacto. De hecho, Newport cita investigaciones que indican que, después de cada interrupción, el cerebro puede tardar hasta 23 minutos en volver a alcanzar su estado de máxima concentración. Este costo en tiempo y energía se traduce en una pérdida significativa de productividad diaria. Para quienes tienen roles estratégicos o creativos, este tipo de interrupciones no solo afecta la cantidad, sino también la calidad de su trabajo.

 

Datos sobre los efectos del trabajo superficial

Newport señala que el trabajo superficial, como responder correos electrónicos, revisar notificaciones y atender reuniones improductivas, se ha convertido en una epidemia que limita nuestra capacidad para desarrollar habilidades y producir trabajo de alto valor. Según estudios que menciona, el profesional promedio pasa entre el 60% y el 80% de su jornada laboral en actividades de bajo valor, como la gestión de correos electrónicos y la revisión de redes sociales. Estos hábitos de “trabajo superficial” contribuyen a la fatiga mental, aumentan el estrés y limitan las oportunidades de crecimiento profesional, ya que estos momentos de desconcentración se acumulan y afectan la capacidad de realizar trabajo que requiere atención profunda.

Para cultivar la habilidad del trabajo profundo y ser más productivo, es fundamental establecer bloques de tiempo sin interrupciones, incluso desde la primera hora del día. Un ejemplo claro es, de nuevo,  la práctica de Jeff Bezos, que, al dedicar sus primeras horas a la reflexión estratégica, aplica sin saberlo uno de los principios que Newport defiende: el trabajo de alta concentración es más productivo y menos agotador cuando se realiza en periodos prolongados y sin interrupciones. Este enfoque de máxima concentración puede duplicar o incluso triplicar la productividad en comparación con quienes trabajan en entornos de constante multitarea y distracciones.

Cómo incorporar el trabajo profundo en la rutina

Crear una rutina de trabajo profundo es la clave para alcanzar logros profesionales y personales en un mundo distraído. Al iniciar el día con una hora de reflexión, siguiendo el ejemplo de Bezos, se pueden reducir las distracciones y priorizar el trabajo significativo. Newport también recomienda establecer “rituales” diarios que marquen el comienzo y el final de cada bloque de trabajo profundo, como apagar el móvil, desconectar el Wi-Fi o crear un espacio físico libre de distracciones visuales.

El trabajo profundo es una habilidad que se debe practicar y proteger activamente para destacar en el ámbito laboral y generar un impacto significativo en un entorno en el que el valor de la atención está en constante aumento.

 

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Ángel Martínez Marcos
Coach Ejecutivo & Consultor de Transformación Cultural
www.amartinez.net
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