Cada vez que imparto un curso de formación, me doy cuenta de la gran incoherencia que existe en las organizaciones. Por un lado se preparan planes de formación y desarrollo para los directivos y mandos intermedios, con una filosofía de liderazgo, comunicación clara y asertivat, gestión del tiempo efectiva y otras buenas ideas e intenciones.
Sin embargo, los mismos directivos que deciden cambiar los aspectos de la cultura organizacional que están lastrando a la empresa, son los que con su conducta diaria contradicen dichas ideas y buenas intenciones.
¿Es posible que un director general o un director de Recursos Humanos decida formar a cientos o miles de jefes de equipo en liderazgo o asertividad, y luego se comporte de modo autoritario e incluso agresivo con su equipo directo? ¿Cual es el resultado de tal incoherencia?
Está claro que el resultado es la frustración, el resentimiento, la desmotivación y la falta de credibilidad.
¿Cuando nos vamos a dar cuenta de que la comunicación más efectiva es la conducta diaria, ejemplarizante y constructiva?
Javier Carril
Socio de Execoach