Cada día observamos cómo hay una creciente demanda por parte de las organizaciones de aprender a gestionar a las personas teniendo en cuenta las emociones y como nos demandan los servicios de formación coaching para generar las competencias que necesitan para poder gestionar emocionalmente a sus equipos.

Observamos como la gestión emocional se ha convertido en una competencia imprescindible para el desarrollo del liderazgo de determinados profesionales, generalmente directivos, aunque también es fundamental para el resto de los profesionales, ya que que las emociones nos afectan a todos y están presentes en fenómenos como el estrés o el mobbing. A través de la gestión emocional se promueve el autoconocimiento, mediante técnicas que posibilitan mejorar entre otras habilidades: la escucha, la empatía, la comunicación verbal y no verbal, la atención o la concentración.

Toda emoción aparece cuando existe una necesidad que cubrir.  Cuanto mayor es esa necesidad más intensa es dicha emoción y por lo tanto más difícil de gestionar.

Uno de mis clientes de coaching me comentaba que tenía la costumbre de gritar y amenazar a su hija de siete años cuando ella no le obedecía. A veces le decía que iba a cancelar su fiesta de cumpleaños cuando ella no se quería bañar antes de la cena, aun a sabiendas de que no lo iba a cumplir.  La niña terminaba por bañarse, pero él cada vez se sentía peor porque sabía que no era ésa la mejor manera de educar a un hijo.  Tratando de explorar qué era lo que le impulsaba a comportarse así, le pregunté qué necesidad subyacía debajo de aquella actitud.  Tras un breve período de exploración mi cliente concluyó, que se trataba de una necesidad de ser respetado e se dio cuenta que lo mismo le pasaba en su trabajo con sus compañeros, colaboradores y jefes.

Muchas personas necesitan sentir que los demás le respetan porque ellos son los primeros que no se respetan a sí mismos.  Y ¿cuándo no nos respetamos?  Cuando no sabemos manejar las declaraciones básicas:

Algunas declaraciones básicas (de forma resumida) son:

  • Sí (Aceptación): marca mi futuro, al decir que sí a algo dije no a muchas otras cosas. Omitir un sí también ha marcado mi vida, un sí que me hubiera gustado decir y que no dije ni sí ni no.
  • No (Negación): por omisión me resigné y seguí haciendo algo que no me gustaba, por ejemplo.
  • No sé (Ignorancia): me abre las puertas a aprender, a que me ayuden y no decirlo me hace aparentar algo que no soy.
  • Basta ya (Término): me abre las puertas hacia otros lugares, crea nuevas situaciones o, en caso de omisión, mantiene las que ya vivo aunque no me gusten.
  • Te/me perdono (Perdón): me permite restituir relaciones
  • Gracias (Gratitud): Me permite identificar y poner en valor lo positivo que hay en mi vida/trabaj

Al desarrollar la inteligencia emocional de los líderes de las organizaciones, estamos contribuyendo a crear verdaderos líderes, en tanto que se considera que el verdadero liderazgo, que consistiría en influir e inspirar constructivamente a los demás, sólo es posible cuando uno es capaz de gestionarse a sí mismo de forma consciente y equilibrada

La gestión emocional no es sólo útil para mejorar la competencia de Liderazgo, sino también lo es para que los directivos y responsables de equipos pueda optimizar su tiempo y su trabajo.  Sin embargo, esta visión no se comprende sin el escenario de fondo de un modelo de flexibilidad que progresivamente se está imponiendo en las organizaciones. La flexibilidad interna que viene impulsada por la transformación cultural de las organizaciones, fomenta la transversalidad, el desarrollo de la autonomía, la adaptación al cambio y la cultura de feedback continuo, entre otras.  El aprendizaje de estas cualidades engarza directamente con fenómenos recientes de desarrollo de las competencias emocionales y con el auge de los servicios que se ofrecen cada vez más en las grandes organizaciones, entre ellos la formación y el coaching.

Invertir en la formación emocional de los directivos conlleva una mejora a medio plazo en los resultados de las empresas. Así pues, básicamente, la gestión emocional se convierte en un elemento a trabajar en las organizaciones para, entre otras cosas, mejorar el cumplimiento de los objetivos y los resultados.

 

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Rosa Cañamero
Coach Ejecutivo MCC & Consultora de Transformación Cultural

Instagram @rosa_canamero_mcc