La política de vacaciones ilimitadas, también conocida como vacaciones flexibles o Unlimited Time Paid Off (UPTO), ha ganado popularidad en Estados Unidos como una nueva estrategia para atraer y retener talento. En un ecosistema corporativo donde el bienestar laboral y la conciliación entre la vida personal y profesional son temas candentes, este enfoque se presenta como una solución que otorga libertad y autonomía a los empleados. Sin embargo, bajo la superficie de esta política aparentemente ideal, surgen debates y dudas que nos llevan a cuestionar su verdadero impacto en el entorno laboral, especialmente desde la perspectiva del liderazgo y de la transformación cultural.
¿Qué son las vacaciones ilimitadas?
En esencia, las vacaciones ilimitadas permiten a los empleados tomar los días libres que necesiten, sin un número fijo asignado al inicio del año. En lugar de gestionar un saldo específico de días de vacaciones, las empresas que implementan esta política confían en que sus empleados serán responsables de su tiempo, tomando descansos cuando lo necesiten, siempre y cuando cumplan con sus objetivos y responsabilidades laborales.
En teoría, esta política promueve la confianza y la autogestión, dos cualidades clave que los líderes y RRHH suelen fomentar en sus equipos. Al eliminar la burocracia de los permisos de ausencia, los empleados no tienen que justificar cada día que toman fuera del trabajo, lo que podría mejorar el bienestar y reducir el estrés asociado con pedir días libres.
Las vacaciones ilimitadas pueden generar ansiedad y sentimiento de culpa
Ventajas desde la perspectiva de las soft skills
Uno de los argumentos más sólidos a favor de las vacaciones ilimitadas es que otorga a los empleados un alto grado de autonomía y responsabilidad. Para que este modelo funcione, las empresas deben confiar en que sus colaboradores tomarán decisiones racionales sobre cuándo y cuántos días libres necesitan. Esto, a su vez, impulsa habilidades blandas como la gestión del tiempo, la autorregulación y el liderazgo personal.
Desde la perspectiva del coaching, esta política puede ser vista como una oportunidad para que los empleados desarrollen un mayor sentido de propósito y ownership sobre su trabajo. La flexibilidad extrema les permite equilibrar sus vidas personales y profesionales de manera autónoma, lo que podría reducir el agotamiento y aumentar la satisfacción laboral. En un informe de InfoJobs sobre la Intención de Cambio de Empleo en 2023, se reveló que, después del salario, lo que los empleados más valoran es la conciliación. En este sentido, las vacaciones ilimitadas podrían ser una estrategia para mejorar la retención de talento.
La trampa oculta: ¿Realmente se toman más vacaciones?
A pesar de sus aparentes beneficios, la política de vacaciones ilimitadas ha mostrado ciertas trampas. Contrario a lo que podría pensarse, algunos empleados con este beneficio terminan tomando menos días libres que aquellos con un esquema tradicional. Según un estudio de la empresa Namely, los empleados estadounidenses con vacaciones ilimitadas suelen tomar, en promedio, solo 13 días al año, mientras que la ley americana marca un mínimo de 15 días. Este fenómeno parece contraintuitivo, pero revela una realidad importante: la culpa y el miedo.
Cuando no hay un límite claro, algunos empleados pueden sentir que tomar demasiados días libres podría ser visto como un signo de desinterés o falta de compromiso. En un entorno donde el éxito laboral está vinculado a la productividad y al cumplimiento de objetivos, la falta de un marco definido puede generar ansiedad y autocensura. Como señala Reed Hastings, ex CEO de Netflix, «de poco sirve ofrecer vacaciones ilimitadas si nadie se atreve a tomarlas por miedo. Los líderes tienen que ser los primeros en demostrarlo».
Este punto es clave en el ámbito del liderazgo. Para que una política como esta funcione, los líderes deben ser los primeros en modelar el comportamiento deseado. Si los empleados nunca ven a sus jefes tomarse un descanso, podrían interpretar que las vacaciones no están verdaderamente permitidas. Aquí es donde entra en juego la inteligencia emocional y el liderazgo consciente, habilidades cruciales que deben desarrollarse para fomentar una cultura de confianza y bienestar.
Cuando la libertad abruma
A pesar de la buena intención detrás de las vacaciones ilimitadas, algunos líderes han llegado a la conclusión de que esta política no siempre funciona. Un caso emblemático es el de Ben Gateley, CEO y cofundador de CharlieHR, quien tras tres años de experimentos, decidió eliminar la política de vacaciones ilimitadas en su empresa. Según Gateley, muchos empleados se sentían abrumados por la libertad y no tomaban suficiente tiempo libre, lo que afectaba su bienestar. Ahora, la empresa ofrece 32 días remunerados a todos los niveles, una medida que parece ofrecer un mejor equilibrio.
De manera similar, el director ejecutivo de la empresa de contratación Unknown, con sede en Londres, compartió en LinkedIn que abandonaron la política de vacaciones ilimitadas porque los empleados, consumidos por la culpa, nunca se tomaban tiempo libre. Estos ejemplos revelan una contradicción interesante: la libertad, sin un marco claro, puede ser más restrictiva de lo que parece.
El trabajo por objetivos y no por tiempo es la clave de la transformación cultural
La confianza como pilar fundamental
A pesar de los desafíos, quienes defienden la política de vacaciones ilimitadas argumentan que su éxito radica en un concepto clave: la confianza. Para que este modelo funcione, es crucial que tanto empleadores como empleados confíen mutuamente en que se tomará el tiempo necesario para descansar sin que esto afecte el desempeño laboral.
Para los líderes, confiar en sus equipos significa delegar responsabilidades y evitar el microgestión, lo cual también es esencial para fomentar la creatividad y el sentido de pertenencia. Para los empleados, tener confianza en su capacidad para gestionar su tiempo es igualmente importante para desarrollar una mentalidad de alto rendimiento.
Sin embargo si tu jefe no toma vacaciones, tú tampoco lo harás
Una lección clave que podemos extraer de estas experiencias es que las políticas de vacaciones ilimitadas solo son efectivas cuando hay una cultura organizacional que las respalda. Si los empleados no ven a sus superiores tomar días libres, es probable que ellos tampoco lo hagan. En este contexto, la coherencia y el ejemplo son cruciales. Para los coaches que trabajan con líderes, esto subraya la importancia de modelar comportamientos** que promuevan el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
Implantar un sistema de vacaciones ilimitadas puede generar sensación de desequilibrio e injusticias en las organizaciones
La presión por los objetivos: ¿Más días libres, más presión?
Otro aspecto que merece atención es la presión por objetivos. En un sistema de vacaciones ilimitadas, un empleado que se tome 50 días de vacaciones podría preocuparse de que al año siguiente se le asignen objetivos más difíciles de alcanzar. Esta dinámica puede generar un ciclo donde los empleados se sienten motivados a trabajar más, no para disfrutar de su libertad, sino para evitar una carga de trabajo excesiva en el futuro.
Este tipo de presión puede tener un impacto negativo en la salud mental de los empleados y minar los beneficios que originalmente se buscaban al implementar la política. Por ello, es importante que las empresas consideren cómo establecer expectativas claras y justas.
¿Y qué sucede en el sector público?
Finalmente, un escenario interesante para explorar es qué podría suceder si se aplicara la política de vacaciones ilimitadas en el sector público, donde muchos empleados disfrutan de mayor estabilidad laboral. En un contexto donde el despido es altamente improbable y la medición de la productividad está muy alejada del sector privado, surge la pregunta: ¿cómo afectaría esto a la motivación y la productividad? La respuesta no es sencilla, ya que dependería en gran medida de la cultura y el compromiso de los empleados con sus responsabilidades. Sin embargo, es un aspecto que merece atención en futuras discusiones sobre el tema.
Entonces podemos llegar a indicar que las vacaciones ilimitadas son una propuesta audaz que refleja un cambio en la forma en que las empresas ven la conciliación y la confianza en sus empleados. Sin embargo, como hemos visto, su implementación no está exenta de desafíos. Para que esta política sea efectiva, es necesario que tanto líderes como empleados desarrollen habilidades blandas clave como la gestión del tiempo, la comunicación y la autorregulación emocional. Solo entonces podrán aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece esta flexibilidad, sin caer en la trampa de la culpa o el agotamiento.
Ponte en contacto con nosotros si te gustaría trabajar la productividad en tu equipo de trabajo o analizar la cultura que existe en tu organización.
Ángel Martínez Marcos
Coach Ejecutivo & Consultor de Transformación Cultural
www.amartinez.net
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