El término VUCA es un acrónimo que acuñaron los soldados americanos a finales de los años 90 para definir el mundo en el que vivíamos. Este término es hoy mencionado por todos los gurús empresariales, para describir las características esenciales del mundo empresarial.
VUCA está compuesto de las iniciales de 4 palabras para definir el mundo en el que vivimos hoy:
Volatility. Todo cambia a un ritmo cada vez más rápido, las situaciones son volátiles, no estables. El cambio es permanente en nuestras vidas y en las empresas: reestructuraciones, fusiones, cambios culturales, etc.
Uncertainty. El mundo de hoy es incierto. No tenemos certezas ni seguridad sobre nada. La incertidumbre sobre nuestro futuro es total. Nadie sabe qué va a suceder dentro de una semana, ni dentro de un mes.
Complexity. Las situaciones son cada vez más complejas para estar focalizado o para tomar decisiones. Hay mucha sobreinformación y estímulos, además de una conectividad global, que complejiza al máximo nuestro mundo.
Ambiguity. El mundo de hoy es ambiguo, no hay verdades absolutas ni incuestionables sobre nada. Las circunstancias y decisiones pueden abordarse desde puntos de vista muy diferentes.
En este mundo VUCA necesitamos herramientas si queremos mantenernos serenos, con claridad mental para tomar las mejores decisiones estratégicas, con equilibrio emocional para manejar los cambios constantes, y para convivir con la ambigüedad.
El mindfulness (atención plena) es, en mi experiencia personal, una herramienta poderosísima para que los directivos y profesionales de las empresas afronten con más efectividad y creatividad el mundo VUCA en el que están sumergidos. ¿Por qué
Volatilidad. El mindfulness es un entrenamiento mental y emocional que se basa en focalizar la atención en el momento presente con una actitud de curiosidad, apertura y aceptación. Los cambios nos generan ansiedad, porque somos muy rígidos. Sin embargo, a través de la práctica del mindfulness trabajamos la aceptación de las cosas tal y como son, aunque no nos resulten agradables.
Incertidumbre. La curiosidad mental que logramos con la práctica de la meditación mindfulness nos lleva a ser mucho más abiertos respecto a situaciones inciertas. Una mente curiosa es una mente abierta, que busca siempre aprender de todo, en lugar de tener miedo de todo. El miedo y el estrés cierra nuestras capacidades mentales. La curiosidad y el no ser un esclavo de nuestros prejuicios y expectativas abre nuestra mente. El mindfulness entrena nuestra mente para no dejarse dominar por esos hábitos mentales (juicios, expectativas, deseos).
Complejidad. Un mundo complejo necesita creatividad. La práctica mindfulness, según numerosas investigaciones científicas, hace que desciendan nuestras ondas cerebrales a alpha y theta, que están asociadas a un estado de máxima receptividad de nuestra mente, de máxima relajación y de máxima creatividad.
Ambigüedad. Una mente entrenada para no dejarse llevar por los juicios, prejuicios y condicionamientos del pasado está en mejor posición para afrontar la ambigüedad y sacar partido de ella, con el fin de tomar decisiones más innovadoras. El entrenamiento del mindfulness nos libera de la visión estrecha y condicionada que normalmente tenemos, que hace que muchas veces afrontemos los nuevos desafíos con viejas fórmulas del pasado, que seguramente han quedado obsoletas.
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Javier Carril
Socio Director
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