Desde que en los años 90 del siglo pasado Daniel Goleman popularizó el concepto de inteligencia emocional, se han realizado cientos de estudios e investigaciones sobre el impacto de dicha habilidad en el rendimiento y el éxito profesional. Ahora, por fin, sabemos realmente cómo cualquier directivo puede desarrollar la inteligencia emocional de forma práctica y sencilla. La palabra es Mindfulness.
Después de tanta investigación, ya sabemos, porque está demostrado científicamente, que la inteligencia emocional es mucho más importante para el éxito profesional y empresarial que la inteligencia intelectual. Esto es válido para cualquier nivel profesional, aunque a medida que un directivo va subiendo profesionalmente y accediendo a cargos de más responsabilidad, aún es mayor el impacto de la inteligencia emocional.
Muchas empresas han realizado cursos o programas para desarrollar la inteligencia emocional de sus directivos desde que se sabe con certeza su importancia para una mejor atención al cliente, para una adecuada resolución de conflictos, para potenciar el liderazgo y la empatía, para incrementar la motivación y el autocontrol emocional. Sin embargo, desde nuestra experiencia la inteligencia emocional se ha tratado de forma demasiado teórica, con modelos y herramientas válidos desde el punto de vista conceptual, pero no experiencial. Y esta es una de las claves de que existan tantas carencias en el liderazgo y la madurez emocional de los directivos actuales.
Al fin y al cabo, uno no domina una habilidad aunque sepa que es importante para su trabajo. Tampoco la domina sabiendo cuales son los pasos que tiene que dar, por ejemplo, para gestionar sus emociones, si no aprende una técnica específica para experimentar realmente dichos pasos. Es como si nos quisieran enseñar a pilotar un avión con una presentación en Power Point.
El Mindfulness ha llegado para cubrir este vacío, y de hecho, Daniel Goleman es un gran defensor del mindfulness desde hace años. En su último libro “Focus” habla del mindfulness como una técnica que nos permite desarrollar la inteligencia emocional. Además, la neurociencia ha comprobado en repetidos estudios que la práctica regular del mindfulness desarrolla la autorregulación emocional, pilar esencial de la inteligencia emocional. La autorregulación implica ser capaz de controlar mis emociones y canalizarlas hacia conductas efectivas y positivas.
Otro ejemplo lo encontramos en Google, y su programa de desarrollo de la inteligencia emocional para sus empleados, con el nombre “Search inside yourself”, que se basa totalmente en el aprendizaje y práctica intensa de las diversas técnicas Mindfulness. Dicho programa tuvo el apoyo explícito del propio Daniel Goleman.
¿Y qué es el mindfulness? Literalmente significa “Atención plena”, es decir, la habilidad de dirigir nuestra atención conscientemente hacia un objeto determinado. La atención es un valor en auge, en un mundo de constantes y numerosísimas distracciones, como los mensajes del whatsapp, las redes sociales como Twitter o Facebook, el correo electrónico, YouTube, e Internet en general, además de las constantes interrupciones en el trabajo tanto presenciales como telefónicas.
Entrenar al cerebro para mantener una atención focalizada y concentrada en los objetivos, decisiones y tareas importantes, apartando lo superfluo, es una habilidad crucial para el Manager de hoy. Esto se hace a través del Mindfulness.
Además de la atención, el Mindfulness desarrolla la autoconciencia y la autorregulación de pensamientos y emociones, pilares de la inteligencia emocional. A través de la práctica del mindfulness, desconectamos el piloto automático en el que solemos estar el 95% del día para poner conciencia a nuestra vida, nuestro trabajo y a nosotros mismos como individuos. Y según Goleman, sólo si somos conscientes de nuestras emociones y estados de ánimo, podremos manejarlos y canalizarlos adecuadamente. Para el Manager de hoy y del futuro, es esencial esta capacidad porque de ahí surgirán de forma natural una mayor empatía, una comunicación más efectiva basada en la asertividad y un liderazgo inspirador y colaborativo.
Un programa de inteligencia emocional que no incluya un espacio amplio para aprender y practicar técnicas de mindfulness no será efectivo ni rentable. Sencillamente porque se quedará en el marco teórico y conceptual, y no cubrirá el “cómo”, aspecto crucial para el aprendizaje y dominio de una habilidad directiva. Si los Managers aprenden el “cómo”, el desarrollo de la inteligencia emocional no tardará en repercutir en los resultados de negocio de la empresa.
Si te interesa información sobre programas de entrenamiento en Mindfulness para directivos en tu empresa, ponte en contacto con nosotros para más información.
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Javier Carril
Socio Director
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