¿Alguna vez te has encontrado delante de una entrevista de trabajo y has querido preguntar el salario que ibas a cobrar y no te has atrevido?
Seguramente hayas visto en algunos blogs de entrevistas de trabajo que no se recomienda preguntar el salario en la primera entrevista, ni el horario de trabajo, ni tampoco cuándo se pueden coger las vacaciones. Y que el discurso del candidato debe estar enfocado en la motivación que tiene por el trabajo y por supuesto por los valores de la compañía.
Quizás todo esto se debe a una cultura de falta de transparencia que sobrevuela el espectro empresarial. La buena noticia es que las empresas están evolucionando de una cultura del miedo y de ocultar información hacia otra más abierta, aunque todavía queda bastante camino por recorrer.
Sin duda alguna, el candidato no debería de preguntar el salario, sino que la empresa proactivamente tendría que mostrárselo en la primera entrevista para conocer si debe seguir con la candidatura o no. ¿Por qué no debemos preguntar aspectos tan importantes como el salario? ¿Acaso no es un de los factores más determinantes en un puesto de trabajo?
Las empresas modernas deben sostenerse en los pilares de la transparencia, la justicia y la meritocracia.
Imagínate por un momento que entras en un restaurante y que al pedir la carta le dices al camarero: “Por favor, me puede entregar una carta con los precios. Aquí no los veo” a lo que el camarero responde: “Me está usted ofendiendo. Lo más importante es la calidad de nuestros platos. Si está preguntando por el precio es que quizás usted no aprecia la comida gourmet”. Este planteamiento puede parecer absurdo, sin embargo es la proyección de la misma escena de no poder preguntar el salario en una entrevista.
Todo esto proviene de una cultura clásica de querer ocultar información a un candidato. Y si esto ocurre con alguien que quiere entrar en nuestra organización ¿qué ocultará a las personas que estén dentro de la corporación?
Las empresas modernas deben sostenerse en los pilares de la transparencia, la justicia y la meritocracia. Estos tres principios que pueden parecen básicos, muchas veces no se llevan a planes de acción concretos y se quedan en meros mensajes para dar conferencias anuales.
Si lo más importante de las empresas son las personas, entonces cuídalas. Informa a tus empleados de las estrategias que se van a establecer a largo plazo. Ofrece datos de cómo va el negocio. Muéstrate abierto a escuchar puntos de mejora desde todos los niveles de la organización. Y eso llévalo a todos los estratos de la compañía, desde la contratación, pasando por todos y cada uno de los departamentos que conformen tu empresa.
Google desde el año 2000 aproximadamente tiene el slogan interno “Don´t be evil” que se puede traducir como “No seas malvado”. Lo que quiere expresar es realmente que tienes que realizar un trabajo buscando el beneficio de tus clientes y no las ganancias a corto plazo. Pero este eslogan no queda aquí, sino que se ha extiendo en todos lo ámbitos de trabajo de la empresa hasta que en el año 2015 decidieron evolucionarlo a “Do the right thing” que se puede traducir como “Haz lo correcto”.
Así que siempre que tengas que tomar una decisión sobre algo importante en tu trabajo, tanto si trabajas en reclutamiento de candidatos en RRHH como si eres el director comercial de tu compañía, recuerda tratar a las personas como si fueran tus mejores amigos, utiliza el sentido común y siempre DO THE RIGHT THING.
Ángel Martínez Marcos
Coach Ejecutivo & Consultor de Transformación Cultural
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