¿Tienes tantas ventajas el teletrabajo como se dice? ¿O pensamos que es la panacea y realmente puede ser una gran trampa para la productividad?
Desde que el Covid irrumpió en nuestras vidas, muchos de nosotros hemos pasado a teletrabajar mucho más de lo que lo hacíamos antes y algunos incluso a empezar a trabajar desde casa como un nuevo hábito. Sé que suena raro pero todavía hay muchas empresas donde el teletrabajo es ciencia ficción.
Ahora bien, esta modalidad tiene unas cuentas ventajas pero tiene también unos riesgos que tenemos que asumir y ser conscientes que debemos gestionarlos para quedarnos únicamente con “la parte buena del pastel”.
Los pros del teletrabajo son:
- Si para ti las interrupciones contantes de compañeros de trabajo son tu principal escollo en la productividad, ahora lo tienes mucho más fácil porque nadie podrá ir a tu lugar de trabajo para que les eches una mano o para ir a tomar un café.
- Para todos aquellos que disfrutáis de tener una gran capacidad de concentración, esta es tu oportunidad para rendir mucho más, debido a la escasez de interrupciones.
- Evitar los desplazamientos eternos de las grandes ciudades es, en mi opinión una de las mejores ventajas que tiene el teletrabajo, ya que según te levantas de la cama, 15 minutos de reloj son más que suficientes para darte una buena ducha y prepararte un café o un té. Si tienes niños multiplica este tiempo por 3 🙂
- Debido al ahorro de tiempo en desplazamientos, es mucho más fácil conciliar tu vida profesional con la personal.
- Y por supuesto, puedes trabajar en empresas que no estén en tu misma ciudad, evitando así la concentración de población de las grandes ciudades y los alquileres desorbitados.
Todavía hay muchas empresas donde el teletrabajo es ciencia ficción.
Ahora bien, el teletrabajo como casi todo en la vida, tiene su cara y su cruz.
Los principales inconvenientes del teletrabajo son:
- El trabajo en equipo es más complicado, por mucho que tengamos Zoom, Teams o Skype, ya que las conversaciones por estos medios no llegan a tener la fluidez que se logra con el cara a cara, lo que puede hacer que disminuya la productividad de un equipo a largo plazo porque el proceso creativo se vuelve más denso.
- Sin duda las interacciones entre compañeros serán más bajas, lo que disminuirá el aprendizaje de grupo. Otra consecuencia grave a largo plazo.
- Se elimina la cercanía social que necesitamos las personas, al tomar un café, ir a comer etc. Esto puede provocar en algunas personas un aislamiento que influirá en su estado emocional.
- Tienes que tener disciplina para evitar otras distracciones que no tenías en el trabajo como poner la lavadora, ir a comprar al supermercado o ¡comprar en Amazon! (lo sé, esta última sí está en el trabajo, aunque no todo el mundo se atreve).
- También tenemos que gestionar la autodisciplina en los horarios, no solo al entrar sino también al salir para no quedarte teletrabajando hasta las 10 de la noche ¡o incluso más!
- Muchas personas no disponen de un casa grande con un espacio reservado para trabajar, lo que será difícil separar el trabajo de tu vida personal.
- A largo plazo puede bajar la vinculación entre la persona y la compañía y esto aterra a RRHH.
- Los mánagers tienen que gestionar muy bien los objetivos de los empleados y no el tiempo que pasan en la oficina.
- Y por supuesto, necesitas mucha más automotivación para arrancar el día.
Las interacciones entre compañeros serán más bajas, lo que disminuirá el aprendizaje de grupo
Después de todo esto, mi recomendación personal después de llevar casi 15 años trabajando desde casa parcialmente, es que le teletrabajo no solo es bueno, sino que es imprescindible para una gran cantidad de trabajos de oficina pero no llevado al extremo.
Se tiene que intentar en la medida de lo posible, concentrar las reuniones en ciertos días, por ejemplo tres a la semana, así se podría trabajar desde casa los dos días restantes. Otra forma es teletrabajar parcialmente cada día, esto quiere decir que puedes empezar la jornada laboral fuera de los horarios pico de tráfico, por ejemplo entrando en la oficina a las 10:00 y yéndote de tu puesto de trabajo a las 14:30. El resto de la jornada la completarías en casa, así evitarías los atascos en los horarios de máximo tráfico, no perderías contacto social, ni trabajo en equipo y tendrías también tu propio tiempo de alta concentración.
De todas formas, la virtud está en el camino medio. Adapta el teletrabajo a tu propio estilo siempre que esté en línea con la cultura de la empresa.
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