¿Has sentido alguna vez que una reunión 1:1 te convierte más en psicólogo que en líder? No estás solo. Brian Chesky, CEO de Airbnb, ha declarado abiertamente que evita las reuniones individuales para no acabar en esa incómoda situación. Y no es el único: grandes líderes como Jensen Huang (CEO de Nvidia) también prefieren saltárselas.

Ahora bien, ¿significa esto que debes borrar las reuniones individuales de tu agenda? No necesariamente. Como todo en liderazgo y coaching de equipos, depende de cómo las diseñes y gestiones.

Hoy vamos a descubrir qué funciona, qué no y cómo transformar las reuniones 1:1 en auténticos motores de compromiso y productividad. Spoiler: no hace falta que saques el diván.

¿Por qué algunos CEOs evitan las reuniones individuales?

Brian Chesky ha sido muy claro: en su experiencia, las reuniones uno a uno se desvían con facilidad hacia temas emocionales o personales que no siempre son productivos para la organización.

Cuando el empleado lleva el control de la agenda, pueden ocurrir tres cosas:

  • Se abordan temas que el directivo preferiría tratar en grupo.
  • El encuentro deriva hacia consultas personales no alineadas con los objetivos de negocio.
  • El líder acaba ejerciendo de terapeuta amateur, saliéndose de su verdadero rol.

Jensen Huang refuerza esta visión: «No creo que haya ninguna información que yo maneje que solo deban conocer una o dos personas». Transparencia total y eficiencia radical.

¿La conclusión? Muchos altos ejecutivos ven las reuniones 1:1 como un riesgo de dispersión, desgaste emocional y baja rentabilidad del tiempo.

Entonces, ¿deberíamos cancelar todas las reuniones 1:1?

No tan rápido.

Steven G. Rogelberg, psicólogo organizacional y profesor en la Universidad de Carolina del Norte, ha estudiado a fondo el impacto real de las reuniones individuales. Según su investigación, bien planteadas, pueden ser un arma secreta para el compromiso, la motivación y el bienestar de los equipos.

En su libro Glad We Met: The Art and Science of 1:1 Meetings, Rogelberg insiste: las reuniones individuales eficaces consiguen resultados «asombrosos».

Pero (y aquí viene el matiz), tienen que estar bien estructuradas. No valen improvisaciones ni conversaciones improvisadas en modo confesionario.

¿Cómo diseñar reuniones 1:1 que sí funcionen?

Aquí es donde el coaching de equipos y el liderazgo efectivo entran en juego.

1. El empleado dirige, tú acompañas

Una buena reunión individual debe estar liderada por el colaborador. Esto no significa que tú, como manager, desaparezcas, sino que tu papel es guiar, apoyar y potenciar.

Permite que tu colaborador:

  • Prepare los temas de antemano.
  • Priorice los retos a tratar.
  • Proponga soluciones o ideas, no solo problemas.

2. Dedica tiempo de calidad (pero breve)

Según Rogelberg, 25 minutos semanales son suficientes para mantener el pulso emocional y operativo del equipo. No se trata de eternizarse, sino de:

  • Escuchar con atención.
  • Detectar bloqueos o necesidades.
  • Celebrar avances reales.

Consejo práctico: agenda siempre un final claro para la reunión. Así evitas derivas emocionales interminables.

3. Equilibra lo personal y lo profesional

Sí, somos personas, no robots. Ignorar lo personal puede desconectar a tu equipo, pero perderse en temas privados también puede descarrilar el foco.

Un equilibrio saludable:

  • 5 minutos para escuchar preocupaciones personales si las hay.
  • 20 minutos para retos, proyectos y crecimiento profesional.

El liderazgo emocionalmente inteligente sabe contener sin absorber.

4. Feedback estructurado y menos frecuente

Otro directivo que ha puesto el dedo en la llaga es Aditya Agarwal, ex Facebook. En su experiencia, las reuniones 1:1 semanales a menudo degeneran en “sesiones de crítica constante”, en vez de espacios de crecimiento.

Su propuesta:

  • Feedback estructurado cada 3 a 6 meses, analizando patrones, no detalles aislados.
  • En las reuniones semanales, enfocarse en acompañar, no en evaluar.

Recuerda: corregir en caliente puede generar resistencia; reflexionar con perspectiva construye relaciones sólidas.

Sin embargo la propuesta de Aditya, desde el punto de vista del liderazgo es muy escasa. Dar feedback cada 6 meses no va a dar un resultado de cambio porque las personas no solemos cambiar rápidamente, sino que tendemos a seguir nuestras conductas habituales. Incluso cada 3 meses es insuficiente. Así que Sr. Agarwal, siento no estar de acuerdo con su postura.

¿Qué beneficios reales puede aportar una buena reunión 1:1?

No estamos hablando de teoría bonita. Estudios recientes muestran que las reuniones individuales bien gestionadas pueden:

  • Incrementar en un 30% la motivación laboral.
  • Reducir la rotación de empleados hasta un 25%.
  • Aumentar la productividad individual en torno a un 20%.

Escuchar de verdad es el nuevo superpoder de los mánagers.

El error más común: confundir cercanía con falta de estructura

Un error habitual en los managers bienintencionados es pensar que una reunión informal, relajada y sin agenda es mejor.

La clave no es ser el “colega enrollado”, sino construir un espacio seguro pero productivo, donde se hable de:

  • Obstáculos reales en los proyectos.
  • Necesidades de apoyo específicas.
  • Oportunidades de desarrollo.
  • Aspiraciones profesionales.

La falta de estructura termina generando frustración tanto en managers como en empleados.

Tips rápidos para managers ocupados que quieren hacerlo bien

Si tu agenda ya parece una partida de Tetris, aquí tienes un resumen ultra útil:

  • Define un día fijo para tus 1:1 (evita reprogramaciones constantes).
  • Pide siempre a tu colaborador que prepare un mínimo de 3 temas.
  • Mantén reuniones ágiles (25-30 minutos máximo).
  • Usa preguntas abiertas: «¿En qué puedo apoyarte más esta semana?»
  • Reserva los feedbacks estructurados para momentos clave (no cada lunes)
  • Cierra cada reunión con un mini-plan de acción.

¿Y si realmente no puedes con ellas?

Seamos realistas: si eres CEO o lideras un equipo de 50 personas, hacer reuniones 1:1 semanales es simplemente inviable.

En ese caso:

  • Aunque tengas un equipo de 50 personas, seguro que tienes un equipo directo mucho más reducido y este no debería ser de más de 8-10 personas.
  • Crea «Open Hours»: bloques de 2 horas a la semana donde cualquiera puede agendar contigo 15 minutos si lo necesita.
  • Fomenta equipos de liderazgo intermedio: tus direct reports también deben ser coaches de sus propios equipos.
  • Implementa dinámicas de feedback en grupo: usando retrospectivas ágiles o sesiones de coaching grupal.

El liderazgo efectivo no siempre es estar uno a uno, sino garantizar que todos se sienten acompañados y escuchados.

 

Reuniones uno a uno: errores que debes evitar como si fueran spoilers de tu serie favorita

  • Improvisar totalmente: sin agenda mínima, la conversación deriva en quejas o temas irrelevantes.
  • Ser el solucionador compulsivo: tu misión no es resolverlo todo en 20 minutos, sino ayudar al otro a pensar mejor.
  • Hablar tú el 80% del tiempo: error clásico. La proporción ideal sería 70% habla el empleado, 30% hablas tú.
  • Fingir interés: se nota, y mucho. Escucha activamente o mejor no hagas la reunión.
  • Usarlas solo para control: las reuniones no deben ser solo para «fiscalizar» tareas. Eso mata la confianza.

 

En resumen: no mates las reuniones 1:1, ¡mejóralas!

El futuro del liderazgo no está en abolir encuentros individuales, sino en hacerlos más humanos, más estratégicos y mucho, mucho más útiles.

Brian Chesky tiene razón en algo: no eres (ni deberías ser) el psicólogo de tu equipo.
Pero sí puedes ser su mejor aliado para crecer, desbloquear su talento y construir una cultura de compromiso real.

¿Preparado para transformar tu manera de liderar?
El primer paso empieza en tu próxima reunión 1:1.

 

Ponte en contacto con nosotros si quieres mejorar las reuniones 1:1 de tus mánagers y directivos.

 

 

Ángel Martínez Marcos
Coach Ejecutivo & Consultor de Transformación Cultural
www.amartinez.net
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